“Un librero” de Álvaro Castillo Granada

Un librero de Álvaro Castillo Granada

Editorial: Literatura Random House

Año: 2018

Páginas: 134

El trabajo de los libreros y libreras ha generado todo un subgénero de obras que se mueven entre el romanticismo y la fabulación. Gran parte de los libros ambientados en librerías reflejan un mundo algo idílico donde el librero y su clientela se relacionan a través de los libros y los secretos que estos guardan. Las recomendaciones, la búsqueda de ejemplares perdidos o descatalogados, el intercambio de ideas o la amistad entre el librero y los asiduos al negocio son algunos de ejes temáticos en los que se mueven muchos de estos textos. Escasean las obras que retratan el escaso glamour de la profesión y lo sacrificado del asunto, especialmente en lo referido a las tareas de gestión, devolución de libros y manejo del espacio. Lo cierto es que el libro se hoy se acerca más a la categoría que describo al comienzo, aunque con algún pasaje más realista. Lleva por título Un librero y su autor es el colombiano Álvaro Castillo Granada (Bucaramanga, 1969) publicado por Literatura Random House.

Un librero es una colección de dieciséis historias o relatos en lo que el autor nos va desgranando diferentes pasajes y anécdotas de su labor como librero. Castilla Granada no es solo alguien que vende libros, es un enamorado de estos y los colecciona como bibliófilo. Su amor le lleva a una búsqueda incansable de ejemplares raros y volúmenes poco conocidos. Es en este peregrinar donde va cruzándose con personajes increíbles, acude a sitios inverosímiles y las casualidades adornan muchos de estos cuentos aptos para lectores cómplices. El tono de los relatos es más o menos uniforme y la anécdota se abre paso con igual facilidad que el dato histórico. Cada hallazgo y cada detalle, es celebrado de una forma particular. Lo narrado se acerca al cuento o la crónica según el relato, pero suelen contar la presencia del autor lo que convierte al libro en una especie de autoficcion sui generis. Y lo es de una forma muy peculiar, ya que la dilatada y afamada experiencia de Castillo Granada no hacen dudar sobre la veracidad de lo narrado. Sin embargo, luego recuerda su vocación de escritor y algunos giros de los relatos y piensa el lector que está leyendo una ficción. Lo cierto es que este detalle es relativo, puesto que le importa al autor es coleccionar fabulas y relatos en torno a su trabajo. El libro va de más a menos en una progresión marcada porque el mejor texto del conjunto es “La piel suave”, con el que se abre el volumen. Igual un orden distinto de los diferentes cuentos habría ayudado a mantener un ritmo más uniforme. Al acabar el libro, resulta difícil no sentir cierta monotonía en el fondo y en la forma, aunque también resulta una lectura agradable y cercana, sin muchas pretensiones.

Un librero es un bonito anecdotario sobre la labor del librero. Álvaro Castillo Granada homenajea a su oficio, y de paso a sí mismo, en un volumen que no dejo deja mal sabor de boca, pero tampoco un duradero recuerdo.


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